Los incendios pueden iniciarse en cuestión de segundos y propagarse rápidamente, poniendo en riesgo vidas, bienes y la continuidad de las operaciones. En ese escenario, un extintor en buen estado puede marcar la diferencia entre un conato controlado y una tragedia mayor.

1. Primera línea de defensa

Los extintores son equipos diseñados para actuar en la etapa inicial del fuego. Cuando se usan correctamente, pueden detener la propagación de las llamas y evitar daños mayores.

2. Seguridad para las personas

Contar con extintores accesibles y operativos brinda a los ocupantes de un inmueble la posibilidad de responder de inmediato, ganando tiempo para evacuar y pedir ayuda.

3. Cumplimiento normativo

En Venezuela, la normativa COVENIN y NFPA, así como las disposiciones de los Cuerpos de Bomberos, establecen la obligatoriedad de tener extintores en condiciones óptimas en oficinas, comercios, industrias y residencias. El incumplimiento puede derivar en sanciones y cierre temporal de actividades.

4. Diferentes tipos para diferentes riesgos

No todos los fuegos se combaten igual. Por eso existen extintores para distintos tipos de incendio:

• Agua → Materiales sólidos como papel, cartón o madera.
• Polvo químico seco (ABC) → Versátil, para sólidos, líquidos inflamables y equipos eléctricos.
• CO₂ → Ideal para equipos eléctricos y electrónicos.
• Agentes limpios (FM-200, Novec, etc.) → Protegen equipos sensibles sin dejar residuos.

5. Mantenimiento obligatorio

Un extintor sin mantenimiento puede fallar en el momento más crítico. Por ello, debe realizarse recarga y revisión periódica al menos una vez al año, con empresas certificadas como Nova Fuego.

En resumen:

Los extintores no son un simple requisito legal, sino un elemento vital de protección. Invertir en su compra, instalación y mantenimiento es invertir en seguridad, tranquilidad y continuidad operativa.

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